Desde que WikiLeaks filtró esos más de 250.000 teletipossecretos relacionados con la diplomacia estadounidense tanto la organización como su fundador, Julian Assange, se han vistos sometidos a una feroz persecución la cual finalmente ha desembocado en una ciberguerra, capitaneada por el grupo Anonymous, entre “proWikiLeaks” y “antiWikiLeaks”.
Pues bien, en las últimas horas dicha ciberguerra —que ya se ha cobrado varias víctimas como por ejemplo PayPal, MasterCard, o la web de la fiscalía de Suecia— no solamente no se ha desinflado sino que crece por momentos según las declaraciones realizadas por un representante del grupo Anonymous a la cadena BBC Radio 4.
Concretamente y entre otras cosas el susodicho representante, que se ha autodenominado Coldblood, asegura que cada vez más personas se están uniendo a la “botnet voluntaria” con la que en las últimas horas el grupo ha tumbado las diferentes webs que comentaba arriba. Además todo parece indicar que en breve “dosearán” a Amazon por dejar de darle alojamiento a WikiLeaks y probablemente Twitter también termine siendo atacado ya que los de la red de microbloggingestán cerrando a medida que las van detectando las cuentas que el grupo utiliza para coordinar, en parte, los ataques.
Así que la guerra se endurece y me aventuro a asegurar que, sin entrar en el debate de si estos ataques son legítimos o no, en los próximos días todo irá a peor. ¿Y por qué? Pues por una razón bastante obvia: es la única salida que los poderes fácticos le están dando a la gente, quienes siguen en su posición de ignorar a los ciudadanos y continuar con su incomprensible táctica de matar a los mensajeros.