Hace poco menos de un mes que se lanzó la nueva versión de Windows; Windows 8. Y en los pocos tres días se habían realizado un buen número de upgrades. Hasta ese momento se pensaba que la racha de Windows 8 sería muy buena.
Días después, nos vamos enterando que a pesar de esas cifras y de todo el empeño por parte de Microsoft para que su nuevo sistema operativo se venda como pan caliente, no ha servido de mucho. Pues las cifras de ventas de Windows 8 están aún por debajo de lo previsto.
Ahora bien, analizando un poco el asunto, todo podría ser culpa de los vendedores (desde la perspectiva de Microsoft) pues no están difundiendo y ofreciendo muy bien. Y aunque puede tener algo que ver. Existen otras razones mucho más complejas y que afectan la venta fructífera de Windows 8. Pues se trata de unos requerimientos de hardware excesivos.
Windows 8, te pide hasta lo que no, para poder aprovecharlo al máximo o simplemente para poder correr bien. Por ejemplo, Modern UI pide como mínimo 1024 x 768 pixéles para poder funcionar. Y muchos de los portátiles pequeños con Windows 7 no los soportan. Si se te ocurre colocar un mayor pixelaje en la pantalla, eso afectará en el funcionamiento del mismo sistema. Además para el usuario doméstico o promedio es una barrera no poder usar su ordenador porque el software pide más de lo que puede soportar el hardware, sólo para poder ejecutar algunas funcionalidades. El resto se puede medir en anti-funcionalidades que sólo ocupan memoria.
Además Windows 8, está completamente enfocado a los táctiles, por lo que es difícil y una cosa innecesaria tenerlo en un PC de escritorio si no se le puede sacar partido.
Así que Windows 8 podría tener el mismo destino que Windows Vista. A pesar de ser mucho mejor que sus antecesores.