El nuevo CEO de Apple, tras la sorpresiva salida de Steve Jobs del cargo, tiene una carrera llena de logros y por cierto lo que es más importante, un rol trascendente en la actual situación de la compañía de la manzana.
Hijo de un constructor naval y una dueña de casa, «Tim» creció en el seno de Alabama. Graduado de Administración de Empresas e Ingenieria Industrial, su carrera fue siempre destacada, habilidades todas que desarrolló en gran medida en el área de gestión de la IBM
En marzo del 98 llega a Cupertino y en 2004 asume la dirección de operaciones, cosa que Jobs no había explotado de buena manera. Así, Apple cierra sus fábricas y almacenes en todo el mundo para generar una nueva forma de empresa basada en la relación de confianza de Apple y los proveedores.
Cook logró hacer lo que nadie había podido con Apple (incluso con el paso de más de 3 años del lanzamiento de iPod): Hacerlo la empresa más eficiente del mundo (Quizás fue gracias a su plan de quitarle ejecutivos a IBM).
La vida de Cook es distinta a la de Jobs, más allá de que uno es graduado universitario y otro no… Si Jobs comenta con orgullo en su famoso discurso a los graduados de Stanford la forma en la que conoció a su esposa, Cook no se ha casado y vive de manera solitaria en una casa arrendada en el famoso Palo Alto desde la que envia desvelados emails a sus subordinados durante la madrugada.
Mientras Jobs es demócrata, Cook ha ido de lado a lado ya que fue un conocido republicano (y ferviente admirador de la familia Kennedy) pero todo hasta las últimas elecciones de 2008 en las que ayudó a recaudar fondos para la campaña de Barack Obama.
En una ocasión dijo «Steve es irremplazable. Yo veo a Steve ahí con su pelo gris y unos 70 años mucho después de que yo me retire»
Ahora sólo resta ver si el cuello de tortuga negro y los jeans no le quedan grandes.