El último episodio de Star Wars ha tenido una recepción polémica y polarizada. Ahora ha supuesto un enorme fracaso en China (el segundo mercado cinematográfico más importante del planeta) donde el episodio VIII de Star Wars habría sido retirado de de la gran mayoría de los cines de dicho país a tan sólo una semana después de su estreno. Recaudando una cifra inferior a los 30 millones de dólares, cuando su predecesora Rogue One consiguió recaudar más de 120 millones.
La película resultó ser demasiado compleja para el público
Esta octava entrega de la saga, dirigida por Rian Johnson, ha sido criticada duramente y tachada por los chinos por ser “demasiado grande y compleja” como para poder entenderla sin tener un gran conocimiento previo, e incluso los fans de la saga del país se confesaron abrumados por la cantidad de tramas y giros que toma la película.
Entre las opiniones de los críticos, se comentó que la película tiene demasiados elementos y conexiones y que esta estaría “insultando el coeficiente intelectual de sus fans y de su público”.
Al parecer el público chino no logró empatizar con esta entrega de la saga como lo consiguió su entrega anterior Rogue One, que según señalan los analistas, esto se debería a la presencia de varios actores asiáticos en la producción.